miércoles, 13 de junio de 2012

OBEDIENTES


El termino de obediencia debida se hizo popular tras la derrota de Hitler por los aliados. En El Juicio de Núremberg todos los altos mandos nazis que allí se juzgaban negaban ser sabedores de la llamada solución final. Nadie sabía nada.
De igual modo hoy en día cualquier empleado de banco, caja o sucursal sufre de esa misma ignorancia y tan solo ponían a disposición de sus clientes productos que les marcaban sus superiores, sin preguntarse nada más. Y así durante mucho tiempo han vendido y puesto en el mercado productos financieros de alto riesgo, cuando no tóxicos, y todo ello entre gente sencilla que confiaba plenamente en ellos.
Y ya, en el colmo del cinismo, estos brokers engominados aducen que la mayoría de sus clientes no se han leído la letra pequeña, que seguramente es cierto, pero como remate a la faena salió el otro día un señor que declaro ante televisión que su madre firmo con la huella dactilar, y por supuesto que no se había leído la letra pequeña, entre otras cosas, porque la buena señora es ciega.

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