martes, 27 de diciembre de 2011

LOS UNOS Y LOS OTROS

El tema de esta navidad no es otro que el de los negocios del yernísimo Urdangarin, que siempre presuntamente, y tras la pantalla de una entidad no de lucro, ha hecho infinidad de negocios, por ser vos quien soy qué dirían en mi tierra. Y así se ha metido en sus presuntos bolsillos miles y miles de euros que hacían que su vida fuese mucho más lujosa y cómoda.
Y en espera del veredicto de los jueces, que ellos son los que tienen que juzgar, se puede decir, siempre presuntamente, que mal, muy mal, por parte de este señor porque como la mujer del Cesar aparte de ser  lo tiene que parecer y este, no sé si lo es, pero si lo parece.

De todos modos para que no desfallezcamos los españoles y marquemos genio y figura, en estas mismas fechas, tenemos otra noticia, en la que la Sra Pilar Bardem, también presuntamente, está implicada en la inversión de fondos de la SGAE en asuntos bursátiles, que al parecer no han debido salir como la buena señora esperaba, aparte el hecho de especular con dinero que no era suyo.
Y esta era de las que se manifestaba día sí y día también junto a sus hijos y toda la progresía española, Ana Belén, Víctor, Miguel Ríos, Luis Tosar y demás actores y actrices, todos muy de izquierdas que cantaban La Internacional brazo en alto, muy en alto, para lucir su Rolex de 3.000 euros, pero que se desgañitaban por defender a los obreros, de los que ellos también se sienten parte, debe ser porque los ven, a los obreros me refiero, en el aparcamiento de El Bullí o son los que los peinan en la peluquería de 400 euros la sesión, previa petición de hora.
Al turrón, que me estoy apartando del tema, quiero decir, que al español, salvo honrosas excepciones, ponle donde haya, que de coger ya se encargara él, sea de la capa social o ideológica que sea, que para eso Dios nos creo tan desahogados, corruptos y liberales.

lunes, 26 de diciembre de 2011

LAMENTO (a ritmo de tango)

En un lejano día de navidad de 1986 escribí este tango. Eran tiempos de la Movida y me sentía influenciado por el grupo Malevaje y por su Confesión, el primer tango del que tengo memoria que hizo que me sintiese atraído por este género.

                                                       Me dejaste abandonado,
                                                       acorralado sin má,                                                     
                                                       y a pesar de las parrandas
no lo pude soportar.
            En la noche pendenciera
busque refugio en el trago,
en los amigos boludos
y en las porteñas de pago.
            Arrastrado a la miseria
por el recuerdo ausente
cantaba y lloraba el tango
                                                       por no poder ir a verte.
                                                                  Mi vida estaba desecha,
                                                      y vos sabías mi suerte,
                                                      más no diste tu consuelo
                                                      y yo me fui pá la muerte.
                                                                 Ahora ya no podes verme,
                                                      todo está más c´acabao,
                                                     un tiro mortal al pecho,
              me di pa no estar tirao.
                         Y así acaban los amores
           que vos a mí me escondiste,
           vos vivita y campaneando,
           yo acá moribundo y triste.
                       Me dejaste abandonado,
          acorralado sin más,
          y a pesar de las parrandas
          no lo pude soportar.
         

sábado, 10 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD

Pastores venid, pastores llegad........
Blanca navidad............
Hacia Belén va una burra ...........................
Y así hasta el infinito y más allá como diría Buzz Lightyear.
Ha llegado la Navidad y todos, casi todos, nos volvemos pastelosos y deseamos lo que no hemos deseado el resto del año para nuestro prójimo y familiar, paz y amor.
Las familias se reúnen en torno a una mesa atestada de comida y bebida llenos de una felicidad que la mayor parte de las veces es artificial, para tener que aguantar la velada con el cuñado, al que hace años que no tragamos, al pedante hijo de nuestro hermano que está haciendo un máster en Amsterdan con Erasmus y que no hace otra cosa que tocarse la nariz en un tic nervioso que nos indica con bastante exactitud la clase de estudios y repasos al que está acostumbrado en la noche holandesa.
- Venga otra copita mas papa, que no pasa nada.- Y el hombre nos mira torcidamente y maldice entre dientes por no estar ya en la cama, como todas las noches y tener que aguantar a estos, que no ve en todo el año más allá de dos veces, y  que ahora parecen desvividos porque coma y beba mas allá de lo conveniente, que igual, piensa el abuelo, no sin cierta razón, quieren que explote de una vez, y se empiecen a repartir lo poco o mucho que tiene a la hora del turrón y el cava, que con la crisis no da para champagne como otros años.
Luego viene lo de los regalos de Papa Noel, cada vez más exiguos y raquíticos y comprados a toda prisa en el chino de abajo, nunca les estaremos lo suficientemente agradecidos a estos orientales, que nos surten de todo a poco precio y además no celebran la Navidad.
Y ya, por último, llegan las serpentinas, panderetas y villancicos para alegrar a los niños, que están más absortos en su Nintendo DS que en todas las monadas y tonterías que hacen esa manada de adultos a su alrededor, colorados, al borde del colapso y cantando desaforadamente letras que ya no recuerdan, mientras llenan una y otra vez sus copas de cava, del que mañana renegaran y odiaran cuando se levanten con dolor de cabeza y resaca.
Sobre la 1a.m. con una ingesta importante de comida y alcohol la somnolencia hará su aparición, si antes no lo ha hecho ya alguna reyerta familiar enquistada a través de los años  y que ha vuelto a aparecer, habitualmente desde que mama ya no está, y toda esta caterva de interesados y malnacidos que se llaman familia se reúnen cada vez con menos entusiasmo y mas envidia en torno a una mesa.
La primera en decidir abandonar la velada, como siempre, será la mayor, que mañana recibe a la familia de su marido en casa y tiene todo por preparar. Así que con cierta parsimonia, propia de los efectos etílicos ingeridos, todos deciden acabar la velada y desearse lo mejor para el próximo año, porque este año por unas causas u otras ya no volverán a estar ni para Año Nuevo ni para Reyes porque todos tienen ineludibles compromisos que les impiden volver a reunirse para tan agradable velada.
Así que hasta el año que viene, aunque ya nos llamaremos antes y quedaremos cualquier día de estos, mentira, mentira y mentira, pero todos sonríen se abrazan y con más de 0.9 de alcohol en sangre cogen sus automóviles para regresar a casa, porque hoy es Navidad y la policía no multara en un día como este, así que a nadie se le ocurre dejar su vehículo e irse andando o en taxi, que alguno hay, y regresan a su hogar de siempre, pero eso sí, con mas paz y amor que ayer, porque es Navidad y está mal visto ser un pazguato y pensar que mañana no será mas que la prolongación del hoy. Que con ese espíritu no se puede celebrar nada ni se harta de vender El Corte Ingles.

jueves, 8 de diciembre de 2011

DEJACIONES

Adolescentes que golpean a sus progenitores por no darles lo que desean y ya.

Mocosos de corta edad que ningunean a sus padres en cualquier lugar y delante de quien sea.

Jóvenes con adicciones al móvil e Internet.

Adultos que acosan a asustadas impubes que con atrevida candidez han colgado insinuantes fotografías en su Facebook personal.

Maquiavélicos compañeros de clase que, cobijados en la manada, la toman con un determinado alumno y le hacen la vida imposible, hasta incluso arrojarlo al suicidio.

Pendencieros borrachos de 14/16 años que, sabiéndose protegidos por la ley del menor, campan a sus anchas quemando contenedores y coches un fin de semana sí y otro también.

En fin..............
Se podría seguir con más ejemplos.
Y se formaran seminarios y convenciones para hablar del tema y dar soluciones.
Psicólogos y versados profesores pontificaran y determinaran peregrinas y rocambolescas teorías.
Pero nadie dirá ni por asomo cual es en el fondo la causa principal de todo ello. Y si acaso lo hace algún valiente, siempre con la boca pequeña, intentando no molestar a alguna asociación de última hornada.
Y la causa es simple, sencilla y clara:
La dejación de autoridad de los padres hacia sus hijos, hasta convertirlos en pequeños tiranos a los que no se les puede contradecir y con los que hay que negociar la más ínfima de las cotidianidades
Nuestros padres con menos sabiduría, bueno no, con menos cultura a lo mejor, pero con mucho mas sentido común y sobrada firmeza eran capaces de que nos comiésemos toda la comida porque si no no salíamos a la calle, entonces se jugaba en ella, o no íbamos al cine el domingo ni veíamos el Un Dos Tres.
Y si no aprobábamos pues no teníamos propina o dejábamos el equipo de fútbol para dedicar más tiempo a las mates
Y si una persona mayor nos llamaba la atención y se enteraba nuestro padre nos caía otra reprimenda u otro cachete, no confundir con paliza, por no obedecer y respetar a un adulto. Hoy es el despechado padre el que se encara con el adulto por reprender a su cachorro,
- "¿quien se habrá creído que es?"- , sostiene con el arrojo e indignación propio de la época.
Eran otros tiempos, estará pensando alguno, tiempos de dictadura en los que todos sentían miedo de casi todo. Y ahí es donde se confunden y alteran de manera obscena la verdad y por ende la realidad.
En el hogar se intentaba que reinara un orden y una disciplina de la que ahora nos vemos en la necesidad casi desesperada de recurrir de nuevo para no alimentar una generación de analfabetos violentos a los que sus progenitores solo han sabido sonreír, darles un móvil y comprarles la play 3 sin a cambio exigirles el más mínimo de los esfuerzos ni acostumbrarlos a adquirir responsabilidades, acomodadas a su edad y condición.
En el próximo simposio sobre la juventud y su problemática volveremos a oír las mismas naderías en la que esta sociedad ociosa y escandalosamente permisiva con todo lo que concierne a nuestros jóvenes vive sin que, de nuevo, a nadie se le ocurra clamar bien alto que también, por supuesto que sí ,a un niño o adolescente se le puede decir algo tan simple y sencillo como NO  sin tener que salir corriendo para complacer el más absurdo de sus caprichos.