sábado, 10 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD

Pastores venid, pastores llegad........
Blanca navidad............
Hacia Belén va una burra ...........................
Y así hasta el infinito y más allá como diría Buzz Lightyear.
Ha llegado la Navidad y todos, casi todos, nos volvemos pastelosos y deseamos lo que no hemos deseado el resto del año para nuestro prójimo y familiar, paz y amor.
Las familias se reúnen en torno a una mesa atestada de comida y bebida llenos de una felicidad que la mayor parte de las veces es artificial, para tener que aguantar la velada con el cuñado, al que hace años que no tragamos, al pedante hijo de nuestro hermano que está haciendo un máster en Amsterdan con Erasmus y que no hace otra cosa que tocarse la nariz en un tic nervioso que nos indica con bastante exactitud la clase de estudios y repasos al que está acostumbrado en la noche holandesa.
- Venga otra copita mas papa, que no pasa nada.- Y el hombre nos mira torcidamente y maldice entre dientes por no estar ya en la cama, como todas las noches y tener que aguantar a estos, que no ve en todo el año más allá de dos veces, y  que ahora parecen desvividos porque coma y beba mas allá de lo conveniente, que igual, piensa el abuelo, no sin cierta razón, quieren que explote de una vez, y se empiecen a repartir lo poco o mucho que tiene a la hora del turrón y el cava, que con la crisis no da para champagne como otros años.
Luego viene lo de los regalos de Papa Noel, cada vez más exiguos y raquíticos y comprados a toda prisa en el chino de abajo, nunca les estaremos lo suficientemente agradecidos a estos orientales, que nos surten de todo a poco precio y además no celebran la Navidad.
Y ya, por último, llegan las serpentinas, panderetas y villancicos para alegrar a los niños, que están más absortos en su Nintendo DS que en todas las monadas y tonterías que hacen esa manada de adultos a su alrededor, colorados, al borde del colapso y cantando desaforadamente letras que ya no recuerdan, mientras llenan una y otra vez sus copas de cava, del que mañana renegaran y odiaran cuando se levanten con dolor de cabeza y resaca.
Sobre la 1a.m. con una ingesta importante de comida y alcohol la somnolencia hará su aparición, si antes no lo ha hecho ya alguna reyerta familiar enquistada a través de los años  y que ha vuelto a aparecer, habitualmente desde que mama ya no está, y toda esta caterva de interesados y malnacidos que se llaman familia se reúnen cada vez con menos entusiasmo y mas envidia en torno a una mesa.
La primera en decidir abandonar la velada, como siempre, será la mayor, que mañana recibe a la familia de su marido en casa y tiene todo por preparar. Así que con cierta parsimonia, propia de los efectos etílicos ingeridos, todos deciden acabar la velada y desearse lo mejor para el próximo año, porque este año por unas causas u otras ya no volverán a estar ni para Año Nuevo ni para Reyes porque todos tienen ineludibles compromisos que les impiden volver a reunirse para tan agradable velada.
Así que hasta el año que viene, aunque ya nos llamaremos antes y quedaremos cualquier día de estos, mentira, mentira y mentira, pero todos sonríen se abrazan y con más de 0.9 de alcohol en sangre cogen sus automóviles para regresar a casa, porque hoy es Navidad y la policía no multara en un día como este, así que a nadie se le ocurre dejar su vehículo e irse andando o en taxi, que alguno hay, y regresan a su hogar de siempre, pero eso sí, con mas paz y amor que ayer, porque es Navidad y está mal visto ser un pazguato y pensar que mañana no será mas que la prolongación del hoy. Que con ese espíritu no se puede celebrar nada ni se harta de vender El Corte Ingles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario