sábado, 3 de marzo de 2012

M A R I L Y N



Recientemente se ha estrenado Mi semana con Marilyn, una película basada en el libro de El príncipe la corista y yo cuyo autor es Colin Clark. Este hombre en la época en que se estaba rodando El príncipe y la corista era un joven de buena familia que se las ingenio para ser tercer ayudante de dirección. Durante el rodaje se ve a una Marilyn insegura, dependiente de infinidad de pastillas, si es cierto lo que se cuenta, no se a que viene la historia de la conspiración para asesinarla. Lo suyo era una crónica anunciada, murió sumida en depresión, soledad y pastillas, toda una ironía para la mujer más deseada de la historia del cine.
También es destacable la actitud de su marido por entonces Arthur Miller, soberbio y muy por encima del mundo y por supuesto de su insegura mujer, que en cuanto pudo se escabullo a EE UU y abandono a su esposa que, es entonces, cuando se refugia en el joven ayudante. Quizás la única persona de su entorno que la trata como persona y no como personaje del que ella constantemente intenta huir.
Laurence Olivier desbordado por la actitud poco profesional de su estrella, llega siempre con retraso, eso cuando lo hace, olvida el guión y está llena de miedos e inseguridades que le impiden ejercer su trabajo. Sin embargo no puede dejar de admirarla cuando aparece su vis cómica. Aunque al igual que Miller, también se siente muy superior a ese adorable bichito que tantos quebraderos le está creando pero a la que desea con fuerza.
Como si de una reina se tratase, se mueven a su alrededor, toda una cohorte de parásitos y aprovechados que viven totalmente de ella. Ex amantes, periodistas, representantes y, mención aparte, merece la peculiar Paula Strasberg, esposa del creador del llamado Método, Lee Strasberg, y que aparece como su mentora y refugio, el ultimo, en el que se cobija Marilyn, cuando ya no sabe bien qué hacer, tanto en la interpretación, como fuera de ella.
Personaje oscuro y manipulador que, sabedora de su ascendencia en la actriz, se ve poderosa en el set de rodaje, ante el odio, poco disimulado, de Olivier, que no olvidemos, fue también director del film.

Película que nos muestra a una Marilyn con la que probablemente convivir fuese muy difícil, tremendamente difícil y a la que solo se la admiraba y deseaba por el personaje que fue creado por y para ella y que paradójicamente fue lo que la llevo al suicidio, porque nadie vio más allá del pastel de carne que se nos ofrecía en pantalla, pero debajo del cual residía una insegura y débil mujer, que belleza y talentos aparte fue devorada por un mundo en el que los débiles e inseguros poco o nada tienen que hacer.

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