Ahora resulta que una adolescente de 16 ha denunciado a sus padres por ser castigada sin salir de casa. La fiscalía de menores, olé sus narices, investigara si se han vulnerado los derechos de la muchacha.Por dios, que alguien, el que sea, ponga fin a tanto disparate.
Y a la niña en cuestión, que la dejen en una casa de acogida, lejos de sus progenitores, y ya verán como en 4 días está llorando de rodillas en la puerta paterna deseando que se la vuelva a castigar con tal de estar con ellos.
Estamos viviendo en un completo sin sentido, y la rectitud y educación desde luego que no están reñidas con las libertades.
Este caso, que es solo un ejemplo, de los tiempos tan tontos que corren, parece salido de una película de los Hermanos Marx, pero como mucho mas esperpéntico, entre otras cosas, porque es real.
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