viernes, 20 de julio de 2012

CITIUS ALTIUS FORTIUS

Este país nuestro es de pandereta. Una de las industrias
más prestigiosa es la textil con diseñadores de nivel internacional, y no se le ocurre otra cosa al COE, que encargar el diseño y la confección del uniforme olímpico a Bosco, una marca rusa, cuyo dueño aparece en varias páginas webs como perteneciente a la nueva y floreciente mafia soviética.
Aquí la mayoría de deportistas han mostrado su disconformidad con el diseño y las redes sociales arden en comentarios jocosos sobre el tema.
Ya se sabe que cuando todo falla siempre nos queda la ironía.
Los italianos por ejemplo han escogido a Armani, haciendo patria supongo.
Y los norteamericanos a Ralph Lauren, pero por esto de la economía mundial y el abaratamiento de costes, los uniformes están hechos en China, lo que ha levantado muchas críticas entre Congresistas y Senadores que parece que no soportan que en las etiquetas de los trajes de sus atletas campee el made in China mientras en su país el chorreo de parados sigue aumentando.

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