lunes, 11 de abril de 2011

J U G U E T E S

Sé que se me tachara de marujo, pero no por ello voy a dejar de hablar de uno de los programas más caníbal y salvaje de todos los que cohabitan en nuestras pantallas.
Ha pasado casi desapercibido y ahora está en la 7, eso sí en prime time, pero alojado en una cadena menor, ya que su paso por Tele 5 fue más bien para olvidar.

Me refiero a El juego de tu vida. Un programa entre reallity y concurso que consiste básicamente en, por una suma de dinero, ir contestando preguntas, sobre la vida privada, con monosílabos. Estas son cada vez más comprometidas conforme se sube de nivel, y se incrementa el dinero. Y todo ante un público y, sobretodo, ante una serie de familiares, que pasan de la sonrisa abierta, ante las primeras preguntas, hasta el gesto incomodo y a veces, la mayoría, iracundo,

Y así ves como una embarazada de 8 meses sonríe tontamente mientras su marido, cubano de genio y figura, sostiene que fantasea con mantener relaciones con su suegra, mientras el suegro a duras penas puede sujetarse y no saltar sobre ese individuo y machacarlo a golpes.

Y al poco otra concursante, que tiene una risita nerviosa, pero que está dispuesta a jugar, según propias palabras, opina que su marido es un pelele incapaz de compararse a su consolador, a la vez que se cita en  la casa de una de sus hijas con su primer novio para mantener relaciones sexuales furtivas.

El mayor premio es de 100.000 Euros, pero normalmente la gente se suele llevar 10 ó 40.000, como mucho, incluso, muchas de las veces nada, Pero el daño que se han infringido ya está hecho y nada ni nadie lo podrá borrar. Y sea cual sea la cuantía del premio. Al día siguiente se tienen que volver a ver, el suegro con el yerno y el cornudo con su esposa, y no creo que ni los sentimientos, ni las miradas, ni las maneras sean las mismas que había anteriormente al concurso.

Pero somos capaces, afortunadamente no todos, de ir a un programa y por la posibilidad de una cantidad, la mas de las veces irrisoria, decir delante de todo el mundo cosas que han sido calladas durante largos años de convivencia y que ahora son vomitadas entre sonrisas y aplausos para el escarnio de los seres más cercanos.

Por eso me gustaría saber lo que ocurre detrás de las cámaras una vez acabado el programa, e independientemente del premio. Porque yo soy de los que piensa que todo no vale en esta vida, o por lo menos yo a mi mismo y a mi entorno jamás lo permitiría, por muchos aplausos, mucho dinero y por el ínfimo minuto de gloria, que nunca, volverá a permitir, que la vida anterior, la de siempre, la cotidiana, vuelva a ser la misma

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