No tenía otra posibilidad, había que elegir y quedarse con una de las dos, y no sabìa exactamente con cual.
Las dos le gustaban por igual y con ambas se encontraba a gusto pero tenía que decidirse de una vez por todas, el tiempo se le estaba echando encima y jugaba en su contra.
Por fin y no del todo convencido, se quedo con la negra. Asida a su cuello salió a toda prisa, ya llegaba tarde, ni siquiera tuvo tiempo de colgar la otra corbata.
Pienso seguirte muy de cerca, asi que ya puedes hacerlo bien.
ResponderEliminarMe ha gustado las corbatas, algunos tenemos la mente mas calenturienta.
Un abrazo y animo!!!!!